CAFE DE COLOMBIA es la
denominación que se le otorga al café 100% arábico producido en las regiones
cafeteras de Colombia, delimitadas entre la latitud Norte 1° a
11°15, Longitud Oeste 72° a 78° y rangos específicos de altitud que
pueden superar los 2.000 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). Surge de la
particular combinación de diversos factores correspondientes a la latitud y
altitud de la tierra del café en Colombia, sus suelos, el origen botánico de la
especie y variedades de café producidas, el clima caracterizado por el doble
paso de la Zona de Convergencia Intertropical, la cambiante topografía, la
luminosidad, rango favorable de temperaturas, una adecuada cantidad y
distribución de las lluvias durante el año y unas prácticas culturales comunes
que incluyen procesos de recolección selectiva y de transformación del fruto
mediante su beneficio, lavado y secado. Estos factores, de manera conjunta,
conducen a la producción de un café sobresaliente, suave,
de taza limpia con acidez relativamente alta, cuerpo balanceado, aroma
pronunciado y un perfil sensorial de excelente calidad.
Además, la arraigada tradición
de la recolección selectiva del Café de Colombia, el procedimiento de beneficio o post cosecha por la vía húmeda, el
proceso del secado y su posterior clasificación mediante la trilla,
garantizan la óptima calidad del producto. El Café de Colombia es sin duda un
café sobresaliente, no sólo por su combinación y balance de atributos de calidad,
sino por la unión de los productores colombianos de café en torno a su Federación Nacional de Cafeteros, para
llevar a cabo un esfuerzo consistente desde que el café llegó a Colombia
como una bonita historia hasta que
se desarrollaron los instrumentos de respaldo al producto desde el árbol a la taza.
Detrás del producto Café de
Colombia se han unido no sólo los productores sino los dueños de marcas 100%
Colombiano que son conscientes de la importancia del origen en
un café no sólo desde el punto de vista de su calidad sino desde el punto de
vista social y ambiental. Para quienes procesan, distribuyen y consumen café
colombiano es evidente que el producto debe tener además de una garantía de origen para
asegurar que efectivamente venga de la tierra del café ser
producido y comercializado bajo los valores de honestidad, trabajo duro y
bienestar para el productor, quien se encuentra inmerso en programas de sostenibilidad en acción.
Es así como los consumidores
que aprecian el café como mucho más que una bebida, encuentran
que consumiendo 100% café colombiano no
sólo les permite tener acceso a un referente mundial en el mundo de las
bebidas, sino compartir sus valores e intereses en novedosas comunidades que
les permiten decir que llevan sus vidas al 100%.